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  • Foto del escritorNicolás Medina

Mank: La Oveja Negra de Hollywood


Es costumbre que los grandes realizadores le rindan homenaje a los que vinieron antes que ellos, sin los cuales probablemente el cine no sería lo mismo. Estos homenajes a menudo se manifiestan en forma de biopics o películas biográficas que terminan relacionando de manera intertextual y metalingüística al cine, haciéndolo parecer una gran familia. Son ejemplos de esto Chaplin (Richard Attenborough, 1992) protagonizada por un joven Robert Downey Jr. ; Ed Wood (Tim Burton, 1994), que explora la excéntrica y bizarra vida de uno de los primeros exponentes del cine de serie Z; La invención de Hugo Cabret (Martin Scorsesse, 2011) que rinde tributo a El Mago de Montreuil, George Méliès; Trumbo (Jay Roach, 2015) que narra la vida del famoso guionista de la lista negra de Hollywood; y una cantidad innumerable de títulos de los cuales he decidido mencionar solo algunos y probablemente otros vayan apareciendo en el desarrollo del texto.


David Fincher, un gran cineasta al que pueden conocer como el director de películas como Alien 3 (1992), Se7en, Los Siete Pecados Capitales (1995), El Club de la Pelea (1999), La Red Social (2010) o Perdida (2014), - o al que quizás hayan visto tomando tragos de vodka cada vez que anunciaban a un ganador que dejaba a su nueva película sin estatuillas en los Globos de Oro de este año – decidió rendir homenaje al escritor detrás de El Ciudadano (Orson Welles, 1941), considerada por muchos la mejor película de todos los tiempos.


¿Pero por qué Fincher opta por retratar al guionista y no a su productor, director y protagonista? En primer lugar, hay que considerar que el “Chico Genio de Nueva York” – como lo llaman en la película – ya ha tenido bastante cámara y presencia en los medios de comunicación desde su famosa adaptación en forma de radioteatro de la novela de H.G Wells La Guerra de los Mundos en 1938, con la cual gran parte de Estados Unidos se vio conmocionada y el resultado le dio carta abierta a Welles para hacer lo que quisiera con el resto de su carrera. Por otro lado, hay que considerar que Welles ya ha sido retratado en RKO 281 (Benjamin Ross, 1999), en la cual, si bien aparece el hombre en cuestión en la película de Fincher, su parte es meramente secundaria, o también en Orson Welles Y Yo (Richard Linklater, 2011). Pero, sobre todo, David Fincher elige retratar al guionista en un proyecto cuyo guion fue escrito por su difunto padre, Jack Fincher, posiblemente intentando rendir a través de la película, no solo un homenaje al guionista de El Ciudadano, sino también a su propio padre, quien como guionista seguramente haya visto su mérito y reconocimiento opacado por la figura del director en varias oportunidades.

Mank tuvo un estreno limitado en cines de Estados Unidos y Canadá el 13 de Noviembre del 2020, y finalmente fue estrenada semanas más tarde en Netflix el 04 de Diciembre. Desde antes de su estreno, la película había generado muchas expectativas dentro del público caracterizado por la cinefilia y los sectores más críticos, y ante su estreno, la recepción por parte de estos grupos fue generalmente positiva. Sin embargo, la película ha sido encasillada como enfocada a un público selecto y de difícil acceso para el espectador promedio. Personalmente, considero que esto es un error. Mank no es para nada una película pretensiosa orientada a espectadores con una capacidad de análisis o interpretación académica formal. La película de Fincher es otra biopic de Hollywood, que busca contar una historia, entretener, pero que demanda un cierto conocimiento previo casi imperante acerca del funcionamiento de la industria del cine clásico de Hollywood y de algunos de los personajes (basados en personas reales) que aparecen en la película. Claro que el espectador familiarizado con El Ciudadano se verá satisfecho en mayor medida, pero si esta película necesitara un visionado o estudio previo obligatorio para poder ser apreciada y disfrutada, entonces no habría sido producida y distribuida por Netflix.


El conocimiento previo del que hablamos la película misma se encarga de exponerlo a lo largo de su metraje. En los años 30, Hollywood se regía por lo que se conoce como el modelo de representación institucional, el cual junto con el sistema de estudios y la creación del star system (en el cual los actores y actrices famosos eran una pieza fundamental para la distribución y exhibición), el cual permitía que la industria del entretenimiento se mantuviera a flote a pesar de las crisis económicas y los conflictos bélicos que se aproximaban. Temas repetidos producidos bajo un sistema casi fabril, historias fáciles de procesar totalmente ordenadas y digeridas para el disfrute de un espectador y una gran competencia entre los diferentes estudios conformaban lo que se conocería como el cine clásico de Hollywood.


No hay que confundir esto con desmerecer al cine de esta época. Muchas películas clásicas se mantienen vivas hasta el día de hoy y muchas otras no han logrado ser igualadas. Y a su vez, fue durante la era dorada de Hollywood que surgieron importantes realizadores que aspiraban a redefinir y romper el molde con el que se cortaban las historias en Hollywood. Orson Welles fue uno de ellos, y de la mano de Welles fue que aparece nuestro personaje principal, Herman J. Mankiewiczen, o de manera abreviada, Mank.

La historia de Mank entonces, gira en torno a el proceso de escritura de El Ciudadano. Una historia sobre la cual su guionista tuvo libertad absoluta a pesar de ser realizada bajo el mando de Orson Welles, quien aspiraba a dar su gran salto al séptimo arte. Welles tenía carta abierta para trabajar con quien quisiera, así que decidió trabajar con Mank, un miembro bastante conflictivo dentro de la gran familia de Hollywood conocido por su irreverencia, sus adicciones y su poco tacto. Es entonces, como Mank decide crear una historia basándose en un personaje importante para la industria del cine de Hollywood de la época: William Randolph Hearst. Hearst fue un magnate de la prensa y los medios de comunicación estadounidenses, conocido por su eterna guerra con Joseph Pulitzer, y quien pasó a jugar un papel muy importante para la industria del cine al casarse con la actriz Marion Davies y relacionarse con importantes figuras de la industria como Louis B. Mayer (ejecutivo y presidente de la Metro-Goldwyn-Mayer.)


El relato de Mank recurre al uso de analepsis o flashbacks para contar la historia alternando en dos etapas distintas en la vida de Mank. Por un lado, tenemos a Mank en 1940 (interpretado magistralmente por Gary Oldman) hospedado en una casa en Victorville, California quien se recupera de un accidente automovilístico y es asistido por su secretaria Rita Alexander (la bellísima Lily Collins) a quien Mank le dicta su guion para que esta escriba. Por otro lado, tenemos a Mank entre 1930 y 1937 a quien acompañamos mientras conoce e interactúa con los personajes mencionados anteriormente (Davies, Hearst, Mayer entre otros), y donde realmente se revela y construye al personaje interpretado por Oldman.


La película es virtuosa en todos sus aspectos técnicos, visuales, sonoros, artísticos, no importa el departamento del que estemos hablando. Mank se luce a través de recursos irónicamente ostentosos para una producción moderna por su intención de emular el cine de la época en todo sentido. Curiosamente Fincher opto por filmar con una cámara Red Ranger Helium, totalmente digital y de última generación, algo en contra de la tendencia actual de varios directores por registrar con cámaras de película fílmica y luego procesarlo digitalmente. Pero la decisión no afecta en lo más mínimo el cómo se siente el producto final. Todo lo contrario. Fincher interviene el material simulando a la perfección como sería de haberse filmado en lugar de El Ciudadano, y esto lo replica en el resto de las áreas. Los esquemas de iluminación del cine clásico están siempre presentes, las transiciones utilizadas son caseras y limitadas, y hasta se emulan los imperfectos de las películas clásicas. Esos imperfectos visuales o sonoros que le terminan dando vida a cualquier película y que hacen a los cinéfilos desesperarse ante cualquier proyección 35mm en las Cinematecas.

Esta experiencia visual y sonora que Fincher acompaña claramente con un trabajo esperable en cuestión de dirección de arte, vestuarios, maquillaje, etc. se combina con un personaje que nos embriaga para conformar una experiencia inmersiva. Un logro directoral importante tomando en cuenta que la película entrega (justamente por su intención de poder ser recibida por cualquier tipo de público), información en cantidades abundantes y de una manera para nada condescendiente que de no ser por una experiencia cautivadora en el visionado sería pasada por alto.


El reparto es sin duda otro factor importante. A pesar de su protagonismo no se llega a sentir como que Gary Oldman (Drácula, de Bram Stoker, Las Horas Más Oscuras) cargue con el peso de la película por sí solo. Justamente se da lo contrario. Al igual que la vida de Mank, la película se vale de una serie de personajes secundarios que se roban cada momento en el cual aparecen y que cumplen un papel crucial para el desarrollo del guion. Dentro de estos es imposible no destacar a Amanda Seyfried (Mamma Mia!, Los Miserables) como Marion Davies; Lily Collins (Emily In Paris, Los Imprevistos del Amor) como la asistente de Mank; y Charles Dance (Tywin Lannister en Juego de Tronos) encarnando a William Randolph Hearst.

Con todas estas herramientas, y a través de la dirección de Fincher quien para nada sorprende si tomamos en cuenta su filmografía, Mank busca no solo contar la historia del guionista opacado y casi olvidado detrás de una de las grandes películas de todos los tiempos, sino también tratar distintos temas como la gloria, las tragedias, la política y lo cínico del modelo de cine clásico de Hollywood, los cuales de cierta manera desenmascara pero no con esa intención que en los últimos años se ha vuelto tendencia de exponer a la industria como si se tratara de un ajuste de cuentas. Fincher siempre se ha caracterizado por no poner ningún tipo de filtro o adaptarse a lo políticamente correcto ni detrás ni delante de las cámaras. Me atrevo a decir incluso que probablemente él se sienta una versión moderna de Mank y la decisión de retratarlo mostrando no solo sus virtudes, sino también sus defectos, es la manera del hombre detrás de Mank de hacer una especie de declaración acerca de su forma de ver a la industria cinematográfica de entonces, y de ahora.

«Mank» (Mank, 2020) Director: David Fincher. Reparto: Gary Oldman, Amanda Seyfried, Liily Collins, Arliss Howard, Tom Pelphrey, Charles Dance, Tom Burke. Guion: Jack Fincher. Banda Sonora: Trent Reznor, Atticus Ross. Fotografía: Erik Messerschmidt. Producción: Ceán Chaffin, Eric Roth, Douglas Urbanski. Productoras: Netflix. Distribuye: Netflix. Duración: 131 minutos Estreno: 13/11/2020 (Cines de Estados Unidos y Canadá), 04/12/2021 (Netflix).


Original para ACCU.UY, 05/04/2021

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